MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
ProFuturo, el programa de educación digital impulsado por Fundación Telefónica y Fundación «la Caixa», ha favorecido desde 2018 la educación de 32.500 niños refugiados a través del acceso a una educación integral a los menores en edad escolar que viven en contextos humanitarios.
La iniciativa de Pro Futuro combina recursos educativos accesibles a través de una plataforma digital de aprendizaje, itinerarios de desarrollo profesional docente, acompañamiento pedagógico y soporte técnico, así como un sistema de monitorización y evaluación continua que permite medir el impacto de su implementación en cada escuela.
ProFuturo trabaja, además, en garantizar la protección, la seguridad y el apoyo psicosocial de los niños y los docentes refugiados, siguiendo el marco mundial para la educación de la población refugiada y las normas mínimas definidas por la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia (INEE).
Su programa se ha implementado en Líbano, Jordania, Malaui, Ruanda, Tanzania, Nigeria y Zimbabue. Desde 2018, cuando el primer piloto se hizo en Líbano, hasta este año, que ha llegado a Nigeria, el equipo de ProFuturo ha sido testigo de cómo la educación digital puede marcar la diferencia en el desarrollo holístico de los más pequeños.
«Entender bien el contexto en el que se desenvuelven alumnos y docentes, las experiencias tan complejas que han vivido antes de llegar a los países de acogida, su situación de vulnerabilidad, es imprescindible para responder con eficacia a sus necesidades», ha explicado María Lacadena, responsable de la intervención de ProFuturo en contextos humanitarios en África y Asia.
«Dar formación psicosocial a los docentes para que puedan entender y atender a aquellos alumnos que más lo necesitan, ayudarles a desarrollar su capacidad de adaptación o resiliencia, es clave y es una de las cosas en las que trabajamos con nuestros socios en terreno. La escuela es un lugar seguro, puede ayudar a evitar el matrimonio y el trabajo infantil, los niños pueden relacionarse, jugar, expresarse y recibir apoyo de sus profesores», ha explicado Lacadena, para quien es fundamental que los padres entiendan «la importancia que tiene para el futuro que sus hijos reciban una educación y, en este caso, los beneficios de la educación digital, es fundamental», afirma.
ProFuturo colabora con otras organizaciones en el terreno. En Líbano trabaja con la Fundación Kayany y la Universidad Americana de Beirut (AUB) en un proyecto que este año se ha ampliado a 14 nuevas escuelas en el valle de Bekaa.
Gracias a un acuerdo con el Comité Español de ACNUR, este modelo de intervención también llegó en 2021 a seis campos de refugiados burundeses en Ruanda. La colaboración se ha ampliado este año a Nigeria y Zimbabue, donde se está implementando el programa.
En Tanzania, de la mano de Save the Children, el programa también está presente en ocho escuelas de educación primaria y en dos ideas box centres (centros multimedia diseñados para eliminar las barreras físicas del aprendizaje en contextos de crisis humanitaria) en los campamentos de Nduta y Nyarugusu, en la región de Kigoma.
En febrero renovó un acuerdo con Mensajeros de la Paz para llevar el programa a una nueva escuela de Amán, en Jordania, que atiende a 320 alumnos iraquíes. En Malaui, junto al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y Entreculturas, ProFuturo está presente en dos escuelas del campo de refugiados de Dzaleka, cerca de la capital.
En cada uno de estos proyectos y países, ProFuturo invierte grandes esfuerzos en proporcionar formación, coaching y apoyo continuo a los docentes. Hasta ahora, el programa ha formado a 702 docentes refugiados y espera formar a cerca de 180 a lo largo de este año.
En 2022, ProFuturo se ha marcado como objetivo superar la cifra de 60.000 alumnos en contexto humanitario, un 77 % beneficiados de forma directa a través del uso de la plataforma de aprendizaje y los contenidos digitales del programa, y un 23 % beneficiados de forma indirecta a través de la formación recibida por sus profesores.