
Aboga por llenar de propósito los años tras la jubilación
BARCELONA, 10 (EUROPA PRESS)
El director científico del programa de Personas Mayores de la Fundación La Caixa, Javier Yanguas, ha defendido la vejez, no solo como etapa de descanso, sino como oportunidad para el «desarrollo personal» y la contribución al bien común.
Ha asegurado que ya no hay una única vejez, sino diferentes, puesto que lo que ocurre entre los 65 y los 95 años no es lo mismo, afirma en una entrevista recogida en el MediaHub de la Fundación.
Las nuevas generaciones viven más y, a la misma edad, están en mejor estado físico y social que los anteriores, pero uno de los grandes desafíos es llenar de propósito esos 30 años: según Yanguas, hay una obligación «moral, personal y ética» de buscar una vida con sentido.
DESARROLLO PERSONAL
Sin estar en contra del disfrute y el descanso, ha lamentado la mirada puramente hedonista de lo que es una vida buena y ha abogado por una vejez asociada al desarrollo personal, la autonomía, la contribución a los demás y a la sociedad.
Considera que jubilarse de la actividad laboral no significa «jubilarse de la vida», y ha recordado que actualmente hay un 20% de personas mayores, aproximadamente; dentro de poco, a grosso modo, 4 de cada 10 personas van a ser mayores de 50 años.
Cree que las sociedades envejecidas no podrán salir adelante sin que las personas mayores entiendan que hay que «colaborar» y aportar al bien común: la misión de las sociedades, por tanto, es conectar a los mayores con los retos sociales e impulsar el talento sénior.
Ha asegurado que para rearmar la cercanía entre generaciones se necesitan lugares «de encuentro y colaboración», pero no desde el buenismo, sino desde la cooperación y el reconocimiento mutuo de capacidades.
SOLEDAD
La vejez es una época de vulnerabilidad, pero Yanguas defiende aprender a vivir «con piedras en los zapatos»: envejecer implica adaptación y renuncias, y a veces esto es muy difícil.
También ha explicado que la soledad es una experiencia «muy compleja», algo propio del ser humano con lo que se tiene que aprender a vivir, y que muchas veces recoge una suma de vulnerabilidades, como pérdidas, pobreza o vida limitada en territorios complejos, entre otros.
En esa línea, el programa de Personas Mayores de la Fundación La Caixa trabaja con las personas individualmente, pero también con el entorno comunitario, con el territorio, además de buscar «concienciar a la sociedad».