(Información remitida por la empresa firmante)
BEIJING, 9 de diciembre de 2022/PRNewswire/ — Han pasado casi tres años desde que China emprendió la lucha contra la COVID-19. Durante ese tiempo, los incansables esfuerzos de China protegieron a su pueblo y proporcionaron valiosas experiencias al mundo.
Los esfuerzos también permitieron ganar un tiempo precioso para desarrollar una forma científica de analizar y controlar el virus en el país más poblado del mundo.
La vida de las personas es lo primero
El gobierno chino considera que la vida y la salud de las personas es la máxima prioridad en la formulación de políticas.
Cuando se detectó el virus en Wuhan, el gobierno decidió cortar el tráfico de entrada y salida de la ciudad. China tardó tres meses en contener el virus en Wuhan y evitar que se propagara a otras partes del país.
Aunque China sigue siendo un país en desarrollo, la esperanza de vida de la población aumentó de 77,4 en 2019 a 77,93 en 2020 y 78,2 en 2021.
Según declaraciones oficiales, China tiene la menor tasa de incidencia de COVID-19 y el menor número de muertes por COVID-19 entre los principales países.
Ciencia y precisión
El control de la epidemia por parte de China se basa en la ciencia y en la precisión. Las políticas son dinámicas, con cambios graduales aplicados a medida que los científicos adquieren más conocimientos sobre el virus.
El gobierno ha publicado nueve versiones de las directrices a medida que las variantes dominantes pasaban de Alfa a Beta, a Delta y ahora a Omicron.
Más del 90% de la población de China se ha vacunado completamente, y el gobierno ha pasado a persuadir a los residentes de más edad para que se vacunen. También se han puesto a disposición vacunas inhalables y en aerosol nasal.
Más de 2.200 millones de dosis de vacunas de COVID-19 fueron donadas y exportadas a todo el mundo para contribuir a la lucha mundial contra el virus.
Minimizar costes
China también hace todo lo posible por equilibrar el control de la COVID-19 y el desarrollo económico para minimizar los costes y proteger al mismo tiempo a la población.
El país es uno de los primeros en registrar crecimiento en 2020, alcanzando una media del 5,1% en 2020 y 2021.
Proyectos a gran escala como «East Data West Computing» y la construcción de la Estación Espacial China avanzan según lo previsto.
Se eximió a los autónomos de más de un billón de yuanes (unos 143.000 millones de dólares) en impuestos y tasas para impulsar la economía.
El sistema chino ha resistido al virus durante casi tres años. Ahora China ha empezado a optimizar aún más sus medidas de prevención y control de la COVID-19.
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